Hongos – invasores invisibles que solo la verdadera limpieza puede detener
Cuando el contacto diario se convierte en contacto con la piel
Las infecciones por hongos son una de las enfermedades cutáneas más comunes en los animales domésticos. Estos organismos microscópicos se instalan en la piel y el pelaje, produciendo millones de esporas – invisibles pero muy resistentes. Se propagan por contacto directo, cepillos, mantas, juguetes o incluso por el entorno del hogar. Y pueden transmitirse del animal a la persona, y de la persona al animal.
Visibles, pero a menudo subestimados
Los signos típicos de una infección por hongos incluyen zonas redondas sin pelo en la cabeza, el cuello o las patas. Estas áreas suelen presentar descamación, enrojecimiento y picazón. Cuando la piel está dañada, las bacterias pueden penetrar fácilmente, lo que provoca infecciones secundarias y retrasa la curación.
Sin embargo, las infecciones por hongos no siempre se manifiestan igual. Según la especie de hongo, el tipo de animal y su sistema inmunitario, los síntomas pueden variar mucho. Cualquier mascota con irritaciones cutáneas debe ser examinada por un veterinario, tanto para confirmar el diagnóstico como para descartar otras enfermedades no contagiosas.
Un riesgo también para las personas
Muchas especies de hongos – como Microsporum canis y Trichophyton mentagrophytes – son zoonóticas, es decir, pueden transmitirse entre animales y humanos. En las personas, la infección suele comenzar con una pequeña mancha roja y con picazón que crece hacia afuera mientras el centro se cura. Si no se trata, pueden aparecer múltiples lesiones que se fusionan y causan irritación extensa. Los brazos, las piernas y la cara son las zonas más afectadas.
El tratamiento veterinario o dermatológico – con cremas, aerosoles o comprimidos – suele ser eficaz, pero la recuperación puede tardar varias semanas o meses. Durante este tiempo, una higiene constante es esencial para evitar la reinfección.
El peligro oculto en los tejidos
Las esporas de hongos se adhieren al pelo, las escamas de piel y la grasa corporal, penetrando profundamente en las fibras del tejido, el relleno y las costuras. Allí encuentran calor, humedad y nutrientes: el entorno perfecto para sobrevivir. Un lavado convencional a 30 °C o 40 °C no basta para eliminarlas.
Las proteínas fúngicas comienzan a descomponerse solo por encima de los 60 °C, y la inactivación completa de las esporas más resistentes – como Microsporum o Trichophyton – requiere entre 90 y 95 °C. Estas son temperaturas de lavado de nivel médico – y eso es lo que distingue a Doctor Bark de las camas convencionales para perros.
Doctor Bark – porque la higiene significa confianza
Las camas, mantas y cojines Doctor Bark son completamente lavables hasta 95 °C, incluyendo el relleno. Esto garantiza no solo una limpieza superficial, sino una higiene total en todo el producto. Sin productos químicos, sin residuos – solo el poder del agua y el calor.
Este lavado en profundidad elimina las esporas de hongos, levaduras y microbios que pueden permanecer en los tejidos y causar reinfección. El resultado: un hogar que se mantiene fresco, seguro e higiénico para personas y perros.
De un vistazo:
- Eficaz contra hongos y esporas – limpieza profunda hasta el interior del relleno.
- Lavable hasta 95 °C – destruye por completo incluso las esporas más resistentes.
- Higiene sin productos químicos – limpieza pura con agua y calor.
- Ideal para hogares con alergias – sin residuos, sin ácaros, sin irritantes.
Un hogar basado en la confianza
La higiene aporta tranquilidad – para tu perro, tu familia y tu hogar. Con Doctor Bark, creas un entorno libre de esporas, gérmenes y olores – día tras día, lavado tras lavado.
Confía en nosotros – sabemos lo que hacemos. Y lo hacemos por ti, tu perro y tu familia.
Después de cada lavado, la cama de tu perro queda limpia y fresca – como el primer día.
Life is Bark.